25 may 2020 Publicado en: Tratamientos
Generalidades sobre la piel

LA PIEL: EL ÓRGANO MÁS EXTENSO DEL CUERPO


 En este blog quisimos volver un poco sobre la raíz de todo: ¡Nuestra propia piel! 

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¿Por qué elegimos este tema? Vivimos en una época donde hay muchísima información dando vueltas, a veces tanta que no sabemos con qué quedarnos de todo eso (o incluso si está bien lo que allí se plasma). Por esto y para no entreverarnos con tantos conceptos juntos, decidimos dejar en claro las bases sólidas para a partir de allí poder construir más conocimientos.

Vamos a poder aprender sobre qué es la piel, cómo se compone, qué estructuras existen en ella, qué funciones tiene, y un largo etcétera.

¿Te sumás? ¡Arranquemos! 


Conceptos básicos sobre la piel

La piel es el órgano más extenso del cuerpo, encargado de protegernos del ambiente y, a su vez, de permitir nuestra interacción con el mismo. Pero quedarnos con esa frase sería bastante errado y básico por nuestra parte, ya que, como todo órgano, la piel es mucho más compleja que esto.

La piel es una estructura dinámica, que varía para permitir mantener la homeostasis de todo el organismo. Esto significa que tiene cambios normales y esperables necesarios para que permanezcamos en perfecto equilibrio tanto con nuestro medio interno como con el externo. Tan importante es, que en caso de que la misma falte, como sucede en la presencia de grandes quemaduras o en algunas patologías bien conocidas, pone en peligro la vida.

Como si fuese poco, la piel es considerada el “espejo de la salud” e incluso de las emociones por ser el sitio en donde muchas veces se manifiestan enfermedades que hasta ese momento se consideraban silenciosas.


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¿Cuáles son las funciones de la piel?

Podemos abarcar las funciones de la piel en las siguientes:
Función de barreraDentro de la función de barrera existen dos fenómenos:
  • Función protectora: Es la primera característica que uno piensa cuando se refiere a la piel. Nos protege de daños externos y nos envuelve de manera que quedemos resguardados. Al ser un tejido deformable, la piel también es capaz de funcionar como “un colchón” para amortiguar los golpes.
  • Función de relacionamiento: Así como nos protege del exterior, la piel permite que haya cierta comunicación con el entorno, imprescindible para poder desenvolvernos como individuos y para que los procesos fisiológicos se puedan desarrollar sin inconvenientes.

Esta barrera es selectivamente permeable, por lo que permite el paso de ciertas sustancias según sus características.

Regula el metabolismoImpide la salida y entrada de líquidos, células y otras sustancias necesarias para mantener nuestro cuerpo saludable
Regula la temperatura corporalEsta función es llamada termorregulación. Un poco de la mano con la función anterior, la piel permite la evaporación de agua de nuestro organismo en forma de sudor y también es capaz de funcionar como aislante para las temperaturas extremas, sea tanto frío como calor.
De coloración
 Los melanocitos son los encargados de elaborar el pigmento característico de cada persona.
Función sebácea
 Depende de la acción de las glándulas sebáceas, que elaboran ácidos grasos esterificados (50%), ácidos grasos saturados y no saturados (20%), así como colesterol y otras sustancias, como fosfolípidos y vitamina E (5%).
El sudor y el sebo constituyen el manto ácido. La falta o la abundancia de estos elementos origina los diferentes tipos de piel, como veremos más adelante.
Función sensorial 
Gracias a sus terminaciones nerviosas, la piel permite que sintamos los estímulos físicos y las diferentes temperaturas que nos contactan.
Función de reparación
Permite la cicatrización de las heridas.
Síntesis de vitamina D
La síntesis de vitamina D sucede en la epidermis luego de habernos expuesto al sol. Esta vitamina forma parte del mantenimiento de la salud del tejido óseo del cuerpo.


Composición de la piel

En grandes palabras, la piel está compuesta por 3 capas: epidermis, dermis y tejido celular subcutáneo (o hipodermis).

  

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24-1.pngEPIDERMIS

La epidermis es la capa más externa de la piel. Su característica principal es que está conformada por varias capas. Si la viéramos en el microscopio, se asemejaría a un apilado continuo donde se pueden distinguir diferentes formas, así como se esquematiza a continuación.

La epidermis es una estructura que se renueva continuamente y es también la encargada de dar lugar a las unidades pilo-sebáceas (formadas por las glándulas sebáceas + los folículos de los vellos), las uñas y las glándulas sudoríparas.

La mayor parte de sus células son los queratinocitos (en más de un 80%), encargados de generar queratina cuya principal función es estimular el crecimiento de las células epiteliales de la piel y de otros órganos mucosos (boca, estómago e intestinos). Estos queratinocitos son quienes se disponen en las capas que mencionamos anteriormente, que van evolucionando desde la capa de más abajo hasta la última más superficial, sufriendo cambios en su estructura durante el proceso y cambiando su nombre a medida que avanzan hacia el exterior. Este proceso de diferenciación tarda aproximadamente un mes, aunque la velocidad puede verse afectada por distintos factores.

A continuación se detallan las distintas capas de la Epidermis:

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Capa basal: Es la capa más profunda, en contacto con la dermis mediante la unión dermo-epidérmica. Está constituida en su mayoría por queratinocitos y, entre 5 a 10 de ellos, aparecen algunos otros tipos celulares, como por ejemplo los melanocitos que ya mencionamos como los encargados de producir el pigmento cutáneo y transmitírselo a los queratinocito

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 Capa espinosa: Esta capa se llama así por la forma de sus células, con terminaciones “como espinas” en sus bordes. Están agrupadas en más de una capa y, a medida que avanzan hacia arriba, se van volviendo más aplanadas y desarrollan otros componentes que antes no tenían. 

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Capa granulosa: La capa granulosa está conformada por varias filas de células aplanadas y se destaca porque en ellas se encuentran unos gránulos (de allí su nombre) cuyo contenido es precursor de la queratina. En general, en esta capa asientan numerosos componentes estructurales que formarán la barrera epidérmica. Las células de esta capa se diferenciarán hasta legar a ser corneocitos.

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Estrato córnea o capa córnea: ¡Y al fin llegamos a la parte más superficial de la piel! Acá asientan células apiladas, muy aplanadas, sin núcleo y queratinizadas.
  • Esta capa provee a la piel de su protección mecánica, constituye una barrera para la pérdida de agua y permite la penetración de sustancias solubles, así que ¡he aquí la magia de la selectividad de la piel! Y así como regula la permeabilidad, también permite su descamación y renovación, tiene actividad antimicrobiana y nos protege de los rayos UV.

En lugares donde la piel es muy gruesa como en las palmas de las manos y las plantas de los pies, existe una capa extra, llamada “estrato lúcido” entre la capa granulosa y el estrato córneo. En general se visualiza únicamente como una banda delgada de células.


21-2.pngDERMIS

Una vez que ya pasamos por la epidermis (y sus varias capas), llegamos a la dermis.

Este sector está formado por tejido conjuntivo, anexos, músculos, vasos y nervios. Acá asientan muchos tipos celulares con variadas funciones, desde fibroblastos que mantienen la matriz extracelular hasta células inmunológicas. Aparte de las células, hay tres clases de fibras proteínicas que resultan esenciales para las funciones de esta capa de la piel: de colágeno, reticulares y elásticas.

La dermis es el constituyente mayor de la piel y le confiere flexibilidad, elasticidad y fuerza tensil. Protege al cuerpo de la injuria mecánica, fija el agua, mantiene la termorregulación y permite la cicatrización de las heridas. Completito, ¿no?

Se le conoce 2 porciones o divisiones:

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Dermis superficial o papilar: En contacto con la epidermis, a la cual nutre de irrigación sanguínea.

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Dermis profunda o reticular: En contacto con el plexo vascular profundo. Se compone de fibras de colágeno gruesas (mayoritariamente conformadas por colágeno tipo I) y fibras elásticas ramificadas que devuelven a la piel su forma normal luego de haberse deformado, haciéndose ambas más grandes a medida que profundizan hacia la hipodermis


17-3.pngHIPODERMIS

También llamado tejido celular subcutáneo.

Esta capa está formada en su mayor parte por tejido adiposo (grasa). No protege de las variaciones bruscas de temperatura y funciona como la principal amortiguación de la piel, cuidándonos de los traumatismos. Como efecto cosmético, modela los contornos del cuerpo.


Tipos de piel
Para clasificar los tipos de piel, debemos tener en claro que se pueden diferenciar según:
23-1.pngComposición: Señala el componente lipídico de la piel
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 Las podemos diferenciar según la cantidad de folículos pilo-sebáceos presentes o de la actividad de los mismos, encargados de producir sebo.

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Piel “normal” o eudérmica: Se caracteriza por presentar una superficie lisa y flexible debido a la emulsión equilibrada de las secreciones sebáceas. No suele presentar irregularidades y se mantiene saludable fácilmente con una rutina básica de cuidados.
En este tipo de pieles es muy importante la prevención, con especial énfasis en el mantenimiento de la hidratación y de la protección de la barrera cutánea.
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Piel seca o alípica: Es una piel que se descama y resquebraja con facilidad debido a una disminución en la producción de sebo. Suelen ser pieles más sensibles a agentes externos dado que la barrera de protección se encuentra alterada.
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Piel mixta: Es un tipo de piel que resulta de la combinación de piel grasa en la parte central del rostro o en la zona T (frente, nariz y mentón) y piel seca en la periferia.


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Piel grasa: De aspecto brillante y untuosa, con poros más dilatados debido al sebo saliente. Son pieles que en general son más gruesas y tendientes a padecer de acné y otras complicaciones. La oleosidad puede llegar a ser abundante e interferir con la vida diaria.



22-2.pngHidratación: Señala la cantidad de agua que contiene esa piel.
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Comencemos explicando la hidratación, que nos especifica cuánta cantidad de agua está retenida en nuestra piel. Aproximadamente a niveles de agua menores al 10%, podemos comenzar a hablar de piel deshidratada.

Ya que cuando hablamos de hidratación no nos referimos al nivel de sebo que tiene la piel, sino que a la cantidad de agua que posee, cualquiera de los tipos de pieles que mencionaremos ahora pueden estar con una proporción adecuada de agua o deficiente de ella.

A grandes rasgos, las pieles hidratadas se verán tersas y turgentes, mientras que las deshidratadas se verán opacas y mustias.



Fototipos cutáneos

Ahora que ya somos casi unos expertos en los componentes de la piel, ¿qué tal si damos un pasito más y hablamos del fototipo cutáneo?

¿Qué es esto? El fototipo es la capacidad de adaptación al sol que tiene cada persona desde que nace, que determinará si una piel se broncea o no, y cómo y en qué grado lo hace.

Para que sea visible y fácil, lo dejamos resumido en un cuadrito: 


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Como vemos, se realiza a partir de la observación del color de la piel y permite evaluar desde cómo afecta la radiación UV a cada una hasta posibles tratamientos específicos según la tez.


Cuidados de la piel


Para terminar, no queríamos dejar al menos unos tips básicos para el cuidado de la piel, que valen para cualquier tipo y en todas las circunstancias:

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  • Evitar el tabaco y el alcohol: Grandes enemigos de la piel. Entre sus múltiples desventajas, promueven el envejecimiento prematuro.
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  • Ejercicio, dieta e hidratación: Como todo órgano, la piel se verá resplandeciente cuando esté saludable. El equilibrio de un estilo de vida activo se verá reflejado, entre otras cosas, en el cutis.
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  • Rutina de cuidado facial: Una rutina que conste de al menos limpieza, hidratación y protección solar y que se adapte a tus necesidades será un gran aliado a la hora de lucir la piel que queremos.


Manto Ácido

Cuando mencionamos la función sebácea de la piel nombramos el tan conocido "manto ácido". Hablemos un poquito sobre él.

El manto ácido es una especie de película hidrolipídica que se forma por encima de la piel, conformada por distintos elementos como sudor, sebo, agua retenida en la epidermis y otros lípidos y metabolitos propios de la piel que se unen para tener funciones bastante específicas y muy necesarias.

Su nombre se debe a que recubre la superficie de la piel y a que su pH es, aproximadamente, de 5.5 y por ende es ácido ya que está por debajo del 7 que es la neutralidad.

El manto ácido es nuestro primer sistema de defensa ante agentes externos. Cualquier patógeno que quiera irrumpir en la barrera cutánea tendrá que enfrentarse con él e intentar sobrepasarlo si quiere llegar más lejos. Aparte de la función de barrera, el manto ácido provee un microambiente ideal para que ciertas bacterias beneficiosas colonicen, las cuales son esenciales para mantener la piel saludable, y también participa en el retenimiento del agua para evitar la deshidratación interna de la piel.

Si entendemos las funciones del manto ácido, resulta bastante fácil imaginar qué pasaría si el mismo se ve interrumpido o si su pH cambia y deja de ser el ideal: la regulación de la evaporación del agua se vería afectada de manera negativa, sería más fácil para los diferentes microorganismos ingresar más profundamente en la piel y podrían aparecer reacciones cutáneas desfavorables como por ejemplo las dermatitis.

Algunas reglas básicas para mantenerlo en equilibrio son:

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No usar agentes abrasivos con el fin de quitarlo. Muchas personas de alguna manera lo asocian con la cantidad de oleosidad en el rostro o con otras afecciones indeseables pero nada tiene que ver con ello. Ya vimos que el manto ácido es nuestro amigo, ¡nada de querer eliminarlo! Para esto es necesario utilizar un jabón de limpieza tipo syndet.

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Evaluar los cosméticos utilizados testeando que sean aptos para nuestro tipo de piel.

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Verificar que el maquillaje utilizado no genere efectos adversos en el cutis.

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Exfoliar la piel de manera adecuada, sin exagerar en la cantidad de veces a la semana ni en la presión que generamos si es un exfoliante físico.

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Evitar ingredientes conocidos que suelen maltratar la piel (algunos alcoholes, fragancias, etc.)


Patologías según los tipos de pieles

Muchas veces oímos que algunos tipos de pieles se asocian con determinadas enfermedades. ¿Qué tan cierto es esto?

Bueno, hay muchas que sí, en las cuales su propia fisiopatología determina que sea más fácil que se correlacionen con determinados biotipos cutáneos, pero también existen varias afecciones que pueden aparecer independientemente del tipo de piel en la cual se asientan porque dependen de los mecanismos que las generan.

Un ejemplo muy claro de esto es el acné, que se ve facilitado por la existencia de una piel grasa o sino también la rosácea que puede aparecer en pieles secas que se encuentren más sensibles.

 ¡Para conocer un poquito más de estas dos patologías pueden acceder a nuestros blogs respectivos de acné y de rosácea!

Algunas otras enfermedades de la piel bastante conocidas son las dermatitis que pueden aparecer en varias pieles ya que hay diferentes tipos de dermatitis y que cada una responde a una forma determinada de manifestarse, o la celulitis que también es totalmente independiente del tipo de piel.

Esperamos que este repaso 'express', pero bien completito, sobre la piel haya sido útil para tener los conceptos claves bien asentados. 

Desde Hortensia estamos convencidos que el conocimiento es poder. ¿A vos qué te parece?


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Viviana Pagola 


Bibliografía:

  • Fitzpatrick T, Eisen A, Wolff K, Freedberg I, Austen K, Dermatología en Medicina General 7ª ed. Editorial Médica Panamericana, Buenos Aires.
  • Arenas Roberto, Dermatología. 6ta Ed. Mc Graw-Hill Interamericana México 
  • Gatti-Cardama. Dermatología. Editorial El Ateneo.
  • Zeas, Iván. Ordóñez, María Soledad. “Dermatología básica para el médico general"
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